El facsímil en la Feria del Libro de Madrid

El facsímil en la Feria del Libro de Madrid

Un año más, el Paseo de Coches del Parque de El Retiro albergará la feria del libro más importante del territorio nacional: La Feria del Libro de Madrid. 

Desde el día 31 de mayo al 16 de junio, más de 300 casetas expondrán al gran público las últimas novedades literarias y editoriales. Una programación cargada de actividades culturales enriquecerá esta cita anual, de obligada asistencia, para todos aquellos amantes del libro.

Hablar de la Feria de Libro de Madrid y no mencionar a los autores que, año tras año, a pie de caseta firman sus ejemplares a todo aquel que lo desee, es olvidarse de uno de sus mayores atractivos.

Los autores y personajes infantiles, los youtouber, así como los escritores consagrados del panorama literario nacional e internacional, enriquecen una Feria del Libro plural y en permanente crecimiento.

Setenta y ocho ediciones avalan un evento cuyo protagonista es el libro. Un evento cargado de tradición que, a su vez, ha ido evolucionando paralelamente con la sociedad siendo, en muchos aspectos, un fiel reflejo de la misma. El libro ha crecido y transformado, forma parte de nuestra historia y tiene su propia historia.

Si volvemos la vista 1000 años atrás, los libros eran verdaderas obras artesanales en cuya elaboración se empleaban varios años y requería dedicarse a ella en cuerpo y alma. El pergamino era el soporte utilizado por excelencia. Se escribían a mano, utilizando para ello plumas de caña o de ave.

Reyes, príncipes, personajes de alta alcurnia, tanto de la vida civil como religiosa, tenían el privilegio de poder enriquecer sus bibliotecas con estos manuscritos. Manuscritos que han servido para preservar y difundir toda la sabiduría hasta entonces conocida.

Una esmerada selección de estas joyas bibliográficas se podrá hojear en la caseta de Orbis Mediaevalis. Libros de horas, apocalipsis, biblias, tratados de historia natural, cartografía, etc., una muestra que permite a todo aquel que lo desee aproximarse a una de las épocas de la historia más misteriosa y atrayente: la Edad Media.

Por primera vez, los visitantes de la Feria del Libro podrán contemplar el Códice de Trajes, un manuscrito de origen alemán datado en 1547 y adquirido por el Ministerio de Cultura en el año 2010, actualmente conservado en la Biblioteca Nacional de España y seleccionado como una de las quince obras destacadas del Patrimonio Nacional.

A lo largo de sus páginas se recrea la moda de las últimas décadas del reinado de Carlos V.

Asimismo, tendrán la posibilidad de deleitarse recorriendo las páginas del Libro de Horas de Le Peley, considerado un testimonio excepcional de la calidad artística de Jean Colombe, uno de los grandes maestros de las miniaturas de Bourges (Francia) de finales del siglo XV.

Desde aquí, les invitamos a visitar la Feria del Libro de Madrid y particularmente la caseta de Orbis Mediaevalis.

Si quieres ver estas maravillas os esperamos en la caseta número 30.

FERIARTE 2023. Feria de antigüedades y galerías de arte POSEER EL ARTE

FERIARTE 2023. Feria de antigüedades y galerías de arte POSEER EL ARTE

El 11 de noviembre Feriarte abre sus puertas para todos los apasionados del arte y de las antigüedades.

Desde aquí les invitamos a recorrer la única feria de arte que se celebra en España, cuya seña de identidad es la calidad de las obras expuestas.

Orbis Mediaevalis, referente a nivel internacional en el arte de la reproducción de los códices más valiosos del Patrimonio artístico del Medioevo, expone sus obras en el stand 4A 19.

En nuestro stand se puede hojear una cuidada selección de códices, que atesoran en sus páginas un apasionante mundo de imágenes y decoraciones, auténticas obras de arte en las que intervinieron los mejores artistas góticos y renacentistas.

No pierda esta oportunidad única. ¡Les esperamos¡

Si lo desea, puede solicitarnos una invitación por correo electrónico orbis@orbismedievalis.com  o llamando al teléfono, 91 591 45 59.

Orbis Mediaevalis en la FLM 2023

Orbis Mediaevalis en la FLM 2023

Del 26 de mayo al 11 de junio las casetas de la Feria del Libro de Madrid invaden el Parque del Buen Retiro, un entorno único que acoge el evento cultural más importante del año. 

Si desea emprender un viaje fascinante a lo largo del Medioevo a través de las páginas de los manuscritos más bellamente iluminados de la Edad Media , es visita obligada la caseta de Orbis Mediaevalis.  Zona de Facsímiles, caseta nº 2.

Visítenos y le obsequiaremos con una bella miniatura de uno de nuestros códices.

 Además, podrá  beneficiarse de descuentos exclusivos.

¡Le esperamos¡

Asómese a la fascinante ventana del Medioevo

Asómese a la fascinante ventana del Medioevo

Una año más la Plaza Mayor de Salamanca alberga la Feria del Libro, uno de los encuentros culturales con más encanto de Castilla y León.  Los visitantes  de la 41ª edición de la Feria del Libro de Salamanca podrán disfrutar, durante nueve días, de un programa plagado de actividades, dedicadas al fomento y disfrute de la lectura.

En la caseta de Orbis Mediaevalis podrá asomarse a la fascinante ventana del Medioevo, hojeando las páginas de una cuidada selección de códices medievales. Caseta nº 15.

Visítenos y le obsequiaremos con una bella miniatura.

Además, podrá  beneficiarse de descuentos exclusivos.

Del 6 al 14 de mayo. Plaza Mayor de Salamanca.

¡ Le esperamos¡

FERIARTE 2022. Feria de antigüedades y galerías de arte

FERIARTE 2022.  Feria de antigüedades y galerías de arte

Un año más, del 12 al 20 de Noviembre, los amantes del arte se dan cita en la feria nacional más importante del coleccionismo, del arte y de las antigüedades.

En el stand de Orbis Mediaevalis podrá hojear los códices más prestigiosos del Patrimonio artístico del Medioevo:

Apocalipsis de Lyon, s. XV, Biblia Ilustrada de la Haya, s. XIII, Libro de Horas de Guyot II Le Peley, s. XV, Códice de la Guerra de Troya, s. XIV, Mapa del Reino de Aragón, s. XVI, Sacramentario de Carlos el Carlvo s. IX, Apocalipsis figurado de la abadía de San Victor, s. XIV, Carta Náutica del Mediterráneo, s. XVIIA través de sus páginas Ud. descubrirá auténticas obras maestras del arte de la miniatura.

Si bien el principal objetivo de Orbis Mediaevalis es rescatar las mejores joyas bibliográficas repartidas por las bibliotecas y los museos más prestigiosos de todo el mundo y ponerlas a disposición de todos aquellos amantes del arte medieval, en esta edición de Feriarte Orbis Mediaevalis va más allá en el arte de la reproducción y pone a su alcance, por primera vez en España, tres obras maestras de los tres grandes genios del Renacimiento italiano:

  • La Fornarina, una de las obras más representativas de Rafael (Galería Nacional de Arte Antiguo de Roma).
  • Retrato de un músico, el único retrato masculino del gran hombre del Renacimiento, Leonardo da Vinci (Pinacoteca Ambrosiana, Roma).
  • El niño con un cesto de frutas, realizado por Caravaggio, gran inspirador de otros genios universales como Francisco de Zurbarán.

En nuestro stand podrá admirar en vivo estas tres  obras maestras, ver los detalles más microscópicos y tocar el lienzo con la mano: una experiencia artística única, inmersiva y emocionante.

Gracias a estas espectaculares réplicas podemos insertar un nuevo elemento en la fruición de las obras de arte: el tacto .

No pierda esta oportunidad única. ¡Les esperamos¡

Si lo desea, puede solicitarnos una invitación por correo electrónico orbis@orbismedievalis.com  o llamando al teléfono, 91 591 45 59.

Feria del Libro de Madrid

Feria del Libro de Madrid

La Feria del Libro de Madrid arranca el próximo 27 de mayo y se prolongará hasta el 12 de junio.

Esta edición de la Feria gira en torno al viaje y su lema es “Hojea el mundo”.

En la caseta de Orbis Mediaevales  podrán embarcarse en un mágico y original viaje que les conducirá al enigmático y sugestivo mundo del Medioevo,  a través de las páginas de los códices miniados más bellos y exclusivos del patrimonio artístico medieval.

Visítanos y te obsequiaremos con una bella miniatura de uno de nuestros códices. Además podrás beneficiarse de grandes descuentos. Os esperamos. Caseta 24 

Del 11 al 15 de Mayo Feria Del Libro de Toledo

Del 11 al 15 de Mayo Feria Del Libro de Toledo

Del 11 al 15 de mayo,  en un entorno incomparable, la Plaza de Zocodover,  se celebra la Feria del Libro de Toledo.

Un pequeño reducto de la Edad Media estará presente en la caseta de Orbis Mediaevalis, a través de una cuidadosa selección de los manuscritos más bellos y excepcionales del patrimonio artístico mundial.  

Visítenos y le obsequiaremos con una bella miniatura de uno de nuestros códices. 

¡Le esperamos¡

Orbis Mediaevalis estará presente en la feria del libro de Salamanca

Orbis Mediaevalis estará presente en la feria del libro de Salamanca

Del 7 al 15 de mayo la Plaza Mayor de Salamanca acoge la 40ª edición de la Feria Municipal del Libro. 

Orbis Mediaevalis estará presente en la caseta número 9.

Visítanos y te obsequiaremos con una bella miniatura de uno de nuestros códices.

 Además, podrás  beneficiarte de descuentos exclusivos.

¡Te esperamos¡

Libro de Horas

Libro de Horas

En la Alta Edad Media, los monasterios fueron los grandes productores de libros, imprescindibles en la vida monacal. Las copias de textos antiguos, esenciales para la formación espiritual de los monjes, así como los libros litúrgicos, copaban sus bibliotecas.

Libro de Horas de Besançon,  Biblioteca Municipal de Besançon, ms. 0148.

En un principio, los manuscritos carecían de imágenes; sin embargo, en el transcurrir del medioevo se fueron incorporando. En innumerables ocasiones ejercían una función práctica, ayudaban a estructurar internamente el manuscrito, indicaban el inicio de los capítulos o remarcaban los textos relevantes. Asimismo, desempeñaban una acción didáctica ayudando a la comprensión lectora e incluso, algunas de ellas, constituían por si mismas auténticos comentarios visuales, enriqueciendo sustancialmente los textos. 

A finales del siglo XII surge una modalidad diferente de libros cuya finalidad es exclusivamente contemplativa. La Biblia en imágenes constituye un claro ejemplo. En este caso, el texto cumple exclusivamente una función aclaratoria de la imagen. 

A veces, alguna de las imágenes incluidas en estos libros miniados se convertía en auténtico objeto de culto sustituyendo al objeto sagrado. Por ejemplo, en algunos misales, en el canon de la misa se introducía una imagen de la Crucifixión que era venerada por los feligreses. 

Si bien en este periodo la producción y la iluminación de libros continúa asociada a los monasterios, la alta demanda motivada por la aparición de las universidades y una clase social dominante que utiliza los libros miniados como símbolo de poder hacen que prolifere el número de talleres laicos que se dedican a ello.

Libro de Horas de Besançon,  Biblioteca Municipal de Besançon, ms. 0148.

Salterios, biblias, cantorales y los prestigiosos libros de horas fueron los encargos más recurrentes.  La monarquía, la Iglesia, los banqueros y comerciantes eran sus  promotores. Los libros concebidos en origen para un uso doctrinal son utilizados por los poderosos como herramientas para demostrar su hegemonía. La palabra divina y todo el conocimiento del ser humano se atesoraba entre sus páginas.

Un mundo plagado de imágenes exquisitas, ejecutadas en muchas ocasiones por los artistas más prestigiosos del momento, invade los folios de estos ejemplares.

Una gran cantidad de preciados manuscritos, de gran valor documental y con una rica iluminación, se produjeron hasta el siglo XVI. Con la llegada de la imprenta y el final de la Edad Media su producción se vio reducida de manera considerable.

En la actualidad, los manuscritos miniados son reconocidos como auténticas y delicadas obras de arte. Este hecho se deriva de la trascendencia que tuvieron entre los siglos VI y XVI.

Sin lugar a duda, los libros miniados constituyen un valioso y fiel testimonio de una de las épocas más fascinantes y atrayentes de la historia. 

Enlace de interés:

Incunables

Incunables

A mediados del siglo XV, en la ciudad alemana de Maguncia y de la mano de Johannes Gutenberg, nace la imprenta, uno de los inventos más revolucionarios de la historia.

Gutenberg perseguía competir con los centros religiosos y los talleres al servicio de la nobleza que, durante siglos, se habían ocupado de preservar y transmitir el conocimiento a través de la producción de los manuscritos.

GRANDES HORAS DE ROUEN. Biblioteca Municipal de Ruan, Ms. Leber 155, f. 3r

La incipiente sociedad renacentista demandaba un mayor número de publicaciones, pero no estaba dispuesta a renunciar a la belleza de los manuscritos iluminados. Los costes de producción y el tiempo empleado en la elaboración de dichos ejemplares eran demasiado altos para satisfacer la demanda.

El alemán logra un sistema mediante la combinación de caracteres elaborados a partir de un único molde (de metal) y la acción de una prensa acondicionada a tal fin (inicialmente una prensa de uva). El tiempo de ejecución se reduce de manera considerable, así como los costes, pero en ningún caso se pierde la calidad de los preciados manuscritos de la época.

La Biblia de Gutenberg o de las 42 líneas, una de las primeras obras realizadas con este innovador sistema, es un claro ejemplo de la belleza que podían alcanzar estos ejemplares.

GRANDES HORAS DE ROUEN. Biblioteca Municipal de Ruan, Ms. Leber 155, f. 2r

En Occidente, los libros impresos elaborados a partir de la combinación de tipos metálicos móviles, desde sus inicios (alrededor de 1450) hasta el 31 de diciembre de 1500, se denominan incunablesSu nombre hace referencia a la cuna de la imprenta.

Inicialmente, los incunables pretenden imitar a los manuscritos. En algunas ocasiones se utiliza un papel de buena calidad, grueso y con filigrana; sin embargo, para los ejemplares de lujo se sigue utilizando el pergamino. Se dejan espacios en blanco para las letras capitulares y la ornamentación, realizadas a mano por los maestros  miniaturistas. Con el tiempo, el grabado xilográfico sustituyó a la decoración artesana, lo que recortaba aún más los tiempos de ejecución, ya que todo el proceso de decoración se completaba en la misma imprenta.

La tipografía utilizada era la letra gótica y la humanística o romana. 

La mayoría de los textos eran demasiado compactos, sin puntuación alguna.

A veces, se utilizaba la palabra latina íncipit para indicar el comienzo del libro impreso, así como explicit para señalar el final.

Los primeros incunables carecían de paginación.

Con el tiempo, se incorpora la portada y el colofón. En la portada se hacía alusión al contenido del ejemplar y en el colofón a sus señas de identidad (título, autor, impresor, lugar y fecha de impresión).

Las páginas de los incunables no solo aportan datos de las características físicas que comparten estos primeros ejemplares ejecutados con tan magno descubrimiento, sino que son un fiel reflejo de la sociedad de finales del siglo XV.

De igual manera, contribuyen a la aproximación de la cultura y del conocimiento a un público más extenso, así como al nacimiento de la Edad Moderna.

Enlace recomendado:

Canon medicinae Avicena

Canon medicinae Avicena

Abú Alí al-Husayn ben Abd Allh Ibn Sina, Avicena para los occidentales, es, sin lugar a dudas, una de las figuras más importantes de la historia de la Medicina y ocupa un lugar destacado en la historia del pensamiento universal.

Avicena establece la Medicina como ciencia estable dentro de las ciencias naturales, y con su Canon constituye la cima indiscutida de la medicina medieval. Este tratado fue la base de la enseñanza de la Medicina en las universidades europeas durante cinco siglos y perduró en diferentes zonas hasta finales del siglo XIX y principios del XX.

En este tratado Avicena reúne los conocimientos clásicos que ha asimilado de Galeno y Aristóteles y los expone de una forma muy clara, introduciendo importantes novedades de detalle, lo que indica que ejerció como médico. La estructura de los libros del Canon muestra minuciosamente todo el conocimiento médico de la época. Las generalidades de la Medicina, el estudio de los medicamentos simples, las enfermedades que afectan a un miembro u órgano determinado, las enfermedades que afectan al cuerpo en su conjunto y los medicamentos compuestos se distribuyen ordenadamente a lo largo de los cinco libros del tratado. No es de extrañar que se convierta en la base de la enseñanza de la ciencia médica, primero en el mundo islámico y luego en el occidente europeo durante siglos. Escribió, asimismo, un resumen en verso para los estudiantes. Además, introduce una distinción muy clara entre teoría y praxis médica, introduciendo explícitamente las reglas del comportamiento técnico del médico y estableciendo lo que más tarde se convertiría en el llamado “ejercicio profesional”.

Fuente: LARRAGA, VICENTE, El creador de la profesión médica, en Canon medicinae,  Libro de Estudios de la edición facsímil, Biblioteca Universitaria de Bolonia y Ars Magna, Madrid, 2003, pp.10-11.

Encuadernaciones a mano

Encuadernaciones a mano

La elaboración de un facsímil culmina, al igual que en los códices originales, con la encuadernación.

Si bien a lo largo de este laborioso proceso los últimos avances tecnológicos van de la mano con procedimientos artesanos, cuando se afronta esta última fase, el trabajo artesanal se convierte en el gran protagonista.

En primer lugar, se lleva a cabo el cosido de los cuadernos. Para ello, se utiliza cáñamo, hilo de seda o, a veces, pequeñas correas de pergamino. El cosido se realiza sobre nervios de cuero o de cuerda; el artesano se ayuda de un bastidor, telar o prensa de coser. A continuación, se pasa a coser la cabezada, siempre respetando el patrón decorativo del códice original.

 La elección de un material u otro siempre dependerá del que se haya utilizado en el  manuscrito al que se quiere emular; cabe señalar que ésta será la tónica general  que acompañará a todas y cada una de las etapas de la encuadernación a mano. 

La siguiente fase consiste en la incorporación de dos tapas que son fijadas al libro. Las tapas suelen ser de madera o de cartón. En la mayoría de los casos se forran de piel, pergamino, terciopelo o tela. En esta operación, el encuadernador se encuentra con una dificultad añadida: conseguir la tonalidad que presenta la encuadernación genuina. Para conseguirlo,  a veces se recurre a tintes de varios colores o a la fabricación exclusiva de las telas  que se utilizarán para este fin. En el caso de ser piel el material con el que se recubren las tapas, su estampación se realiza utilizando la técnica del gofrado, los moldes se aplican calientes y en seco y su dificultad radica en conseguir el volumen y la profundidad adecuados.

Por último, se colocan los broches, los herrajes protectores, las esquineras y los bullones.  En la mayoría de los casos son de bronce.  El encuadernador recurre a un artesano del metal  para que elabore estos accesorios.

Como se puede observar,  las técnicas utilizadas para llevar a cabo  estas encuadernaciones a mano no difieren de las empleadas por los encuadernadores medievales. Las ediciones facsímiles aportan su granito de arena en la conservación de este ancestral oficio que, lamentablemente, está en vías de extinción.

La meticulosidad y el rigor, que acompañan a cada una de las fases de las encuadernaciones a mano, convierten a estos ejemplares en únicos e irrepetibles, pues en cada uno de ellos el artesano ha plasmado todo su arte.

La anunciación

La anunciación

La Anunciación hace referencia al episodio de la vida de la Virgen María en el que el Ángel Gabriel le anuncia que va a ser la madre de Dios. San Lucas, en su Evangelio (1,26-38), narra con una gran calidad literaria esta escena. La belleza y el misterio de este relato lo convirtieron en una fuente inagotable de inspiración para muchos artistas. La abundancia de detalles, así como la rica simbología y las implicaciones teológicas, fueron traducidas por los grandes artistas en hermosas y excepcionales imágenes.

La representación más antigua que se conoce sobre la Anunciación data del siglo III y se encuentra en un loculus del arenario de la catacumba romana de Priscila. Desde entonces, en la gran mayoría de las disciplinas artísticas, ha ocupado un lugar preeminente. Mosaicos, marfiles, arcos triunfales, puertas, alas de retablo, bronces, grupos escultóricos y pinturas en diferentes soportes constituyen un fiel reflejo de esto.  Las páginas de los Breviarios y de los Libros de horas medievales no son una excepción.

A pesar de tratarse de una escena sencilla en su composición (únicamente dos personajes son imprescindibles, el ángel y María), desde el punto de vista iconográfico aparecen diversas variantes: en cuanto a la representación de la Virgen María se refiere, ésta puede aparecer sentada, en pie, o arrodillada. A veces puede sujetar con una mano un huso con el que hila la púrpura o bien sostener un libro, mientras que con la otra gesticula en señal de sorpresa ante el anuncio o, por el contrario, posa su mano en el pecho o vientre en señal de aceptación.  El arcángel Gabriel se escenifica con las alas desplegadas, de pie, a veces con los pies en movimiento evidenciando su descenso o iniciando una genuflexión. Suele portar un báculo, una flor de lis o una rama de olivo o bien aparece con las manos cruzadas sobre el pecho en señal de veneración.

 A veces se incorporan a la escena otros personajes, como la imagen de Dios Padre, el Espíritu Santo en forma de paloma, la sirvienta de María o la “escolta de honor” que acompaña al arcángel Gabriel.

En cuanto a la ambientación de la escena se refiere, ésta puede transcurrir en un escenario donde se sitúa a los personajes en un exterior con arquitecturas que simbolizan la ciudad de Nazaret, en un interior doméstico o en el interior de un templo.

Durante la Edad Media se incorporan a la escena diversos elementos simbólicos: el jarrón con azucenas, el libro que María porta, la ventana por donde penetran los rayos divinos, la cama de la Virgen, etc.

Todas estas variantes en la representación del famoso episodio narrado por el evangelista Lucas hacen que cada una de ellas cause en el espectador un abanico de emociones totalmente diferente.

Sin ningún género de dudas, las miniaturas que enriquecen las páginas de los Libros de Horas medievales son un claro ejemplo de la maestría de los grandes artistas del medioevo. Por todo lo dicho anteriormente, como no podía ser de otra manera, la escena de la Anunciación es una de las más ambiciosas del manuscrito iluminado.

A través de las páginas del libro “La Anunciación. Misterio, belleza y excelencia” se pretende recopilar las 30 imágenes más bellas sobre la escena de la Anunciación recogidas en los Libros de Horas medievales. En ellas, el lector podrá contemplar las diferentes variantes antes descritas, así como experimentar las distintas emociones que cada artista quiso expresar con su pincel.

Enlace de interés:

https://revistas.ucm.es/index.php/ANHA/article/viewFile/57480/51797

Puedes encontrar LA ANUNCIACIÓN. MISTERIO, BELLEZA Y EXCELENCIA, Una esmerada selección de las mejores páginas miniadas en los Libros de horas en nuestra página

ALMONEDA NAVIDAD 2019, UN FASCINANTE VIAJE AL PASADO ENTRE MILES DE OBJETOS

ALMONEDA NAVIDAD 2019, UN FASCINANTE VIAJE AL PASADO ENTRE MILES DE OBJETOS

Del 14 al 18 de diciembre, en Feria de Madrid, tendrá lugar la feria de Almoneda Navidad, un espacio incomparable no solo para coleccionistas, sino para todos aquellos que deseen emprender un encantador viaje al pasado a través de una cuidada selección de piezas cargadas de historia.

En el stand de Orbis Mediaevalis, los amantes del arte medieval y de los manuscritos iluminados en particular, podrán contemplar las imágenes medievales más bellas sobre el ciclo iconográfico de la Navidad.

Las páginas de los manuscritos fueron para los grandes artistas de la Edad Media y del Renacimiento auténticos lienzos donde plasmaron todo su arte. Libros de horas, apocalipsis, bestiarios, encierran entre sus folios la máxima expresión del arte medieval y renacentista.

Desde aquí, les invitamos a visitar el stand de Orbis Mediaevalis, Feria de Madrid, Pabellón 3, stand 3E21.

Si quieres una entrada, no dudes en escribirnos

El miércoles 18 de diciembre se celebra la jornada de puertas abiertas con acceso gratuito a todos los visitantes.

Enlace de interés:

https://www.ifema.es/almoneda/que-es

El origen de los manuscritos

El origen de los manuscritos

Durante siglos, en una sociedad donde el 90% de la población era analfabeta, los centros religiosos fueron los encargados de conservar la cultura manuscrita. Los monjes, en el silencio de los monasterios, se ocupaban de copiar los textos con una caligrafía exquisita, así como de realizar las ilustraciones, bellísimas miniaturas que decoraban las páginas de los manuscritos.

Una gran parte de la producción de códices estaba destinada a la reproducción de libros litúrgicos y de carácter religioso (biblias, libros de horas, etc.), pero también se copiaban documentos administrativos, crónicas reales, cancioneros, obras literarias seculares o los textos clásicos.

La aparición de las universidades y la emergencia de un estamento laico acomodado y culto hicieron que el monopolio monástico en la producción de libros desapareciera. Talleres de corte y urbano, estos últimos sobre todo en la etapa bajo medieval, se dedicaban a la producción de manuscritos.

La monarquía, la iglesia, los banqueros y comerciantes eran tanto sus promotores como sus destinatarios. Los códices se convirtieron en todo un símbolo de lujo y de poder. La presentación del texto o el estilo decorativo dependían del destinatario de la obra. Normalmente, en sus páginas se incluía el escudo del propietario; de esta forma,  se dejaba constancia del poder económico del mismo. 

Durante el siglo XIV, París se convirtió en el centro de producción de miniaturas. Su influencia se extendió por toda Europa. Los artistas viajaban con frecuencia, empapándose de la forma de trabajar de otros centros artísticos. Se originó toda una industria alrededor de la elaboración de los manuscritos iluminados.

Las miniaturas que atesoran las páginas de los códices se consideran como uno de los exponentes más significativos de la creación artística de la Edad Media.

Los iluminadores, a través de una serie de recursos visuales, conseguían causar en el espectador un gran impacto, a la vez que transmitir eficazmente sus mensajes.

En la actualidad, las imágenes medievales que enriquecen las páginas de los manuscritos siguen provocando, en todo aquel que las contempla, el mismo efecto. Auténticas y exquisitas obras de arte que deben ser equiparadas con el mejor arte europeo de su tiempo. El hecho de que gran parte de los manuscritos iluminados de la Edad Media y del Renacimiento se hayan conservado en palacios y monasterios ha permitido que su estado de conservación sea asombroso. Está en nuestras manos conservar el patrimonio cultural que ha llegado a nuestros días. Con las ediciones facsímil se aporta un granito de arena a esta encomiable labor. Estas ediciones permiten a los amantes del arte en general, y de las imágenes medievales en particular, contemplar y disfrutar estas joyas que aúnan el saber y el buen hacer de épocas pasadas.

Más información:

http://codicologia.atspace.cc/

Dra. Ana Sánchez Prieto y Roger L. Martínez

Orbis Medievalis en Feriarte

Orbis Medievalis en Feriarte

Los próximos días 16 al 24 de noviembre se celebrará Feriartecita obligada para todos aquellos amantes del arte y de las antigüedades más exclusivas. 

Un pequeño reducto de la Edad Media estará presente en el stand de Orbis Mediaevalis, a través de una cuidadosa selección de los manuscritos más bellos y excepcionales del patrimonio artístico mundial.  

Un asombroso universo de imágenes se atesora en las páginas de libros de horas, apocalipsis, biblias, tratados de historia natural, cartografía, etc. 

Por primera vez, en el stand de Orbis Mediaevalis podrán contemplar el Himno a la Trinidad, s. XVI, un manuscrito de origen etíope actualmente conservado en la Biblioteca Nacional de España y cuyas miniaturas son un fiel reflejo del orgullo de un pueblo único y ancestral.

Asimismo, tendrán la posibilidad de descubrir la exuberancia de la Biblia Moralizada de Viena, s. XIII, realizada para Luis VIII, rey de Francia.

Además, conocerán el Mapa Reino de Aragón, s. XVII, considerado una pieza clave para la cartografía mundial, realizado por Joan Baptista Lavaña, cosmógrafo mayor de Felipe III.

Desde aquí, les invitamos a visitar el stand de Orbis Mediaevalis, Feria de Madrid, Pabellón 4, stand 4 A 21.

Encuadernaciones artesanales

Encuadernaciones artesanales

Las encuadernaciones más antiguas que se conocen son las pertenecientes a trece códices de papiro, los llamados Códices Nag Hammadi, datados en torno al siglo III y IV y encontrados  en 1945 en la localidad egipcia que les da nombre. 

La transformación del rollo de pergamino o papiro en códice tuvo como consecuencia la aparición del arte de la encuadernación. La guarda y la conservación del texto escrito son los objetivos principales de este oficio tan ancestral.

El cosido de los cuadernos, que constituyen el armazón del códice, la incorporación de dos tapas que sirvan de protección y el revestimiento o forrado de tapas o lomos son las tres fases principales que componen el laborioso proceso de encuadernar.

Desde el punto de vista técnico, este oficio no experimentó demasiados cambios a lo largo del tiempo; sin embargo, surgieron una amplia variedad de estilos que plasmaron la tendencia estética de cada época.

En las primeras encuadernaciones se utilizaron tablillas de cedro, con unas bandas de cuero para envolver los códices y unas correas para sujetar y transportarlos. Sin embargo, pronto en las cubiertas comenzaron a aparecer las primeras ornamentaciones y técnicas decorativas.

Las tablillas se forraron de piel, de pergamino o de tela y, en muchas ocasiones, se adornaron con dibujos en relieve. Para ello, se aplicaban sobre la piel unos tacos de madera en los que, previamente, se había trabajado el dibujo que se quería estampar. Posteriormente, fueron sustituidas por placas de metal, ya que, al poder calentarse, dejaban una huella más profunda en la piel o el pergamino. Poco a poco fueron incorporándose algunos elementos, como las llamadas ruedas, que se utilizaban para trazar líneas.

La utilización de terciopelo, de guarniciones de plata, de marfiles labrados, de piedras preciosas, de placas de oro, etc., hizo que muchas de estas encuadernaciones se convirtieran en verdaderas obras de arte, además de crear un amplio abanico de estilos de encuadernación que han llegado hasta nuestros días.  

El descubrimiento de la imprenta trajo consigo una proliferación de textos y, por tanto, de elaboración de encuadernaciones. Esto originó la aparición de nuevos procedimientos que permitieron acortar los tiempos de ejecución. Se siguió utilizando un tipo de encuadernación artesanal. Sin embargo, la madera es sustituida por el papel o el cartón y las cubiertas se vuelven más prácticas, a excepción de las encuadernaciones de los manuscritos de lujo, en los que se siguieron aplicando las técnicas tradicionales.

En la actualidad, las encuadernaciones artesanales están en desuso y únicamente un pequeño grupo de artesanos mantiene vivo este fascinante oficio. 

Códices medievales

Códices medievales

«Quién  no sabe escribir cree que esta labor no cuesta trabajo. Pues, para que te enteres, voy a detallarte lo que lleva consigo la profesión del copista: los ojos se vuelven cegatos, las espaldas crean joroba, las costillas se quiebran, el vientre se hincha, los riñones queman de dolor, y todo el cuerpo queda como apaleado. Por tanto, amigo lector, vuelve despacio los folios; no toques los renglones con los dedos, porque, como un turbión de granizo arrasa las cosechas, peor es el paso de un lector desaprensivo sobre códices y escrituras. La labor del copista es recreo para el lector: a éste le enriquece la mente, pero a aquél le tritura los huesos”

FLORENCIO. Miniaturista. Año 960

La Edad Media en general,  y los códices medievales en particular, han sido durante décadas, fuente de inspiración para la literatura y el cine. 

Esto ha hecho que un halo de misterio rodee  todo lo relacionado con esta fascinante época histórica. En el imaginario colectivo se encuentran escenas de afanados monjes, escribiendo sobre pergaminos que encierran mensajes ocultos y  protegen con celo, incluso con riesgo de su propia vida. El Nombre de la Rosa, novela del reconocido escritor Umberto Eco, es claro ejemplo de ello.

A través de los códices medievales que han llegado a nuestros días se puede abrir una ventana a los scriptorium (literalmente “un lugar para escribir) en los que vieron la luz, y así conocer todo su proceso de elaboración.

Dicha elaboración constituía un arduo trabajo en el que intervenían numerosos escribas y artesanos y que requería una importante inversión, tanto de medios materiales como de tiempo. Varios meses e incluso años se necesitaban para confeccionarlos.

Por lo general, el soporte elegido para la realización de los códices era el pergamino, esto garantizaba su resistencia, a la vez que facilitaba la labor del copista. Las pieles, generalmente de ternera, se sometían a un proceso de maceración en cal durante varios días, pasando después  al proceso de tensado y de raspado para eliminar los rastros de pelo, y el lijado o pulimentación  con yeso y piedra pómez. 

El pergamino se recortaba en piezas rectangulares que, a su vez, se doblaban por la mitad formando los bifolios; la unión de varios bifolios formaba  los cuadernos. Esto permitía constituir el armazón del códice.

Una vez logrado el mencionado armazón, se determinaba cuál sería la superficie de la página destinada a la escritura y a las imágenes,  y cuál quedaría en blanco. Se decidían los márgenes,  y el formato del texto (en una, dos o más columnas). A través de unas pequeñas incisiones, realizadas con el extremo de una navaja,  se plasmaba la configuración de la página diseñada, es decir, se marcaban los lugares destinados para el texto y las imágenes, así como los espacios en blanco. Finalmente,  se trazaban unas líneas auxiliares que permitían al copista escribir sin torcerse.

De esta forma, cada una de las páginas del códice quedaban perfectamente estructuradas. A partir de ese momento, el copista ya podía iniciar su trabajo.

El escriba debía de tener la habilidad suficiente para que los caracteres gráficos fueran legibles y armoniosos. Además, las condiciones ambientales (luz, asiento, etc), las tintas y el utillaje empleado (plumas),  determinaban  la calidad final del códice. 

La pluma, un raspador y la  tinta era lo que los monjes necesitaban para llevar a cabo su labor; con una mano sujetaban la pluma y con la otra el raspador, utilizado para corregir pequeños errores en el trazo, así como para alisar las imperfecciones de las páginas. 

La parte del texto en escritura ordinaria,  realizada en tinta negra, se copiaba en primer lugar, dejando en blanco los espacios reservados para los títulos, los epígrafes o las iniciales, así como para las miniaturas. Estos últimos elementos forman parte del proceso de iluminación del  códice. A veces, era el propio copista el que llevaba a cabo esta labor pero en muchas ocasiones se encomendaba a especialistas, esto dependía de la complejidad de los elementos a ejecutar.

Posteriormente, se cotejaba el modelo con la copia efectuada con el fin de corregir las divergencias. En algunos de los códices medievales que se conservan en la actualidad se observan raspados,  superposiciones de caracteres, e incluso tachaduras.

Una vez corregidos los textos, los cuadernos se ordenaban.  Para facilitar esta labor, al final de cada cuaderno se copiaban las primeras palabras del siguiente. Estas llamadas reciben el nombre de reclamo y, en muchas ocasiones, se camuflaban con cuidados elementos decorativos que contribuían al embellecimiento de la página.

Ya solo queda referirse a la última fase de la elaboración del códice: la encuadernación. El cosido de los cuadernos y la incorporación de dos tapas, que sirven de protección, forman parte de este proceso. 

La Destrucción de Troya. Biblioteca Nacional de Rusia. Lat.F.v.IV.5, fol. 1r.

Finalizada la labor de los copistas y los artesanos, el códice estaba preparado para ser leído  y, en muchas ocasiones, admirado. Gracias a todos ellos por contribuir a conservar gran parte de nuestra  historia.

MAPA REINO DE ARAGÓN, SIGLO XVII

MAPA REINO DE ARAGÓN, SIGLO XVII

De origen portugués, Joan Baptista Lavaña está considerado como uno de los matemáticos y geógrafos más influyentes del siglo XVI-XVII.

El Mapa del Reino de Aragón de Lavaña fue uno de los primeros mapas realizados en Europa utilizando instrumentos matemáticos, así como el único confeccionado con un exhaustivo reconocimiento del terreno .Esto hizo que se convirtiera en un modelo a seguir para la cartografía hasta bien entrado el siglo XIX.

El ejemplar conservado en la Biblioteca Nacional de España es el único conservado de la primera edición de 400 ejemplares realizados en 1619.

Con motivo de la conmemoración de los 400 años de la impresión de este “monumento cartográfico”, se pretende rescatar una de las obras maestras que atesora la entidad.

HIMNO A LA TRINIDAD, S. XVI

HIMNO A LA TRINIDAD, S. XVI

El sänsul o libro plegable, conservado en la Biblioteca Nacional de España, VITR/26/3, es un excelente ejemplo de la iluminación etíope, calificada como naif. Se caracteriza por una representación del cuerpo humano estereotipada y simplificada, la paleta de vivos colores y los ojos grandes y almendrados de sus figuras.

El ciclo iconográfico de este fascinante ejemplar se abre con la Anunciación. Dicha imagen da paso a una visión de la Santísima Trinidad. Entre ambas escenas se intercala una figura femenina, elegantemente vestida. El vestuario indica que pertenece a la realeza; de ahí que pueda ser identificada con la donante. Los cuatro vivientes (hombre, león, buey y águila) decoran los extremos de la Trinidad. Por último, dos grupos simétricos correspondientes a los Ancianos del Apocalipsis cierran esta imponente composición.

Las fascinantes miniaturas que decoran las páginas de este encantador códice son un fiel reflejo del orgullo de un pueblo único y ancestral.