La riqueza iconográfica de este ejemplar es indiscutible, tanto por la abundancia de miniaturas, más de mil doscientas, como por la originalidad de muchas de ellas.
UN LIBRO DE ARTE CONCEBIDO COMO UN EJEMPLAR DE LUJO
La suntuosidad de este códice lo convierte en uno de los testimonios más preciados del arte miniado de la Alta Edad Media, así como en una de las obras maestras del arte carolingio.