Grandes Horas de Rohan, siglo XV
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Folio | 106v |
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Formato | 290 x 201 mm |
DESCRIPCIÓN
La singularidad de las miniaturas de las Grandes Horas de Rohan se hace patente en esta composición. La originalidad se evidencia sobre todo en la iconografía, ya que en vez de ser Cristo quien corona a su Madre, como es habitual en el arte francés del momento, es Dios Padre quien acompaña a la Virgen siguiendo un modelo más habitual del arte italiano. Por otra parte, no es una coronación propiamente dicha, ya que ni Dios Padre ni un ángel le están colocando una corona. Se trata más bien de un acogimiento en el cielo, por lo que el Padre coloca afectuosamente su mano sobre el hombro de la Virgen. La unión de ambas figuras crea un conjunto de gran monumentalidad y sobriedad cromática tan solo alterada por los toques dorados.
La composición se completa con el busto del profeta Isaías, que aparece flotando en el ángulo superior izquierdo. El profeta lleva en la mano una filacteria con su vaticinio: “Egredietur virga de [radice Jesse]” (Un brote saldrá del tronco de Jesé) (Is 11-1). Debajo, dos ángeles sostienen otro rollo con una partitura en la que puede leerse el texto: “O quam magnifica luce choru” (Oh que magnífica luz), tomado de un himno que suele cantarse en la fiesta de la Asunción. El detalle del miniaturista permite incluso apreciar que la escritura musical transcribe una melodía gregoriana auténtica. Otros dos ángeles, en la parte inferior, leen en un libro un texto sacado del mismo himno: “Exalta[t]a es super cho[ros an]gelorum” (Ha sido elevada sobre los coros de los ángeles). El deterioro de la miniatura impide leer completo el texto.